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Sergio Cerón: "Siempre soy un escultor"

Sergio Cerón: "Siempre soy un escultor"

Sergio Cerón afina los últimos detalles de las obras que instaló para la muestra "La Escultura es lo Central", que organiza la Sociedad de Escultores de Chile, SOECH. Los materiales que utiliza -cajones de frutas y latas de conserva- se repiten, en parte, en "Fruto Seco", la exposición individual que se inauguró este viernes 3 de agosto en la Galería de Arte Guillermo Núñez de la Casa de la Cultura de la Municipalidad de El Bosque.

Como él mismo cuenta, prefiere estos lugares porque "son verdaderos laboratorios", lo que sin duda es muy importante para este artista que está continuamente cuestionando los materiales que utiliza. "Pensemos en el ejercicio de 'La Escultura es lo Central', en que simples cajas -llámese embalaje de frutas de temporada- están sosteniendo un edificio. Esa es una acción que físicamente ya es una experimentación, pero en el fondo estoy tensionando ese material a una situación que no debería ser", señala.

El académico del Departamento de Artes Visuales y Coordinador de los Ciclos Básicos Vespertinos, formado en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, desde sus inicios se ha rebelado contra las formalidades de la escultura y se considera "un pensador de la escultura a partir de la articulación de los sistemas".

"Frente al formalismo de la enseñanza -greda, terracota, madera, piedra, bronces- yo siempre me rebelé. Encontraba que en el fondo la escultura o la espacialidad visual, se puede construir con el material que uno determine, no con el que predispongan", señala.

¿Cómo fue que llegó a la escultura?

Porque encontré bastante afinidad con los medios y la forma de trabajo. Para mí siempre fue un misterio por qué me había interesado tanto la forma y el espacio, pero en el fondo siempre he entendido que la escultura, reflexionando últimamente y después de más de 20 años siendo escultor, es como hacer esas cosas que no te dejaban cuando niño.

¿Cómo así?

Porque te atreves a plantear situaciones en que uno se deja llevar en el pensar, en la construcción de la obra y sin límites. Después, al presentar la obra, vas poniendo límites, ya sea por la materialización de la obra en un espacio determinado, por el costo, por la situación sociopolítica o sencillamente porque quedaron muchos cabos sueltos. Uno hace una preexperiencia para ver cómo se articula la comunicación de la obra con la gente. Esas son cosas que siempre están negadas cuando niño porque todo es súper estructurado. Tienes que levantarte, acostarte, jugar de una forma. Quizás sea por la experiencia de haber vivido en una familia muy numerosa, pero es la situación vivencial, en ningún momento formal.

¿Llegó a la escultura porque le permitía liberarse?

Creo que más por afinidad porque las cosas salían. Las sentía mucho más exactas en términos de recompensaciones porque lo que uno hacía estaba bien y se leía como bien. Quizás si hubiese escrito ensayos y la gente me hubiese dicho que era buen ensayista, me hubiese dedicado a eso.

¿Le decían que era buen escultor?

Las cosas salían bien y uno se va convenciendo de que, en el fondo, tenía los elementos necesarios para desarrollarlos dentro de la escuela como un alumno más. Ahora, yo más bien soy un articulador de espacios. Eso es lo que más me interesa porque a la materialidad le doy un valor y una esencia, pero como un fin que te permite anexar la comunicación, hacerla mucho más ligera, reconocible.

¿A qué se refiere con que tiene afinidad con los materiales?

Cuando uno es afín al material, quiere decir que el material uno lo toma, lo siente mucho más allá de que si es pesado, blando o liviano, hasta siente el olor y te permite hacer la conexión con lo que tú quieres comunicar. En la construcción espacial o en las operaciones visuales espaciales busco que el material comunique. Eso te da la libertad de asignarle al material una funcionalidad, un rol. El rol puede ser materiales precarios, pero en el fondo puede no estar hablando de precariedad sino que de sutileza, de limpieza, de tensión y de muchas otras situaciones. A eso me refiero, que esa existencia con el material te hace ser más asertivo en la propuesta que tú quieres hacer.

¿Hay alguna temática que atraviese su obra?

Es de momentos. Hay situaciones, como en los años de Universidad, el acceso a la fragilidad de las situaciones y el formalismo de la enseñanza. Yo siempre me rebelé a eso porque la escultura o la espacialidad visual, la puedes construir del material que tú determines y de la forma que uno estime conveniente. Ahora, las leyes son las mismas de la escultura tradicional: equilibrio, tensión y comunicación. Ese hacer nos permite situarnos en la posición en que uno quiere situarse y no en donde los demás te quieran situar. Yo articulo con los medios.

¿Es difícil aceptar la rebeldía en la academia?

Son procesos políticos universitarios en que se van determinando y ampliando como procesos de la enseñanza misma. La profesora Patricia del Canto siempre trató de generar situaciones nuevas de construcción espacial y eso determinó que se formaran ciertas áreas de trabajo de apoyo, como fundición y vaciado y que después se formalizó con la actividad de clases que hago yo. Y ese es un aporte de la profesora y de los demás escultores que trabajaban en esa área. Ahora, ¿qué era rebelarse en mi época universitaria? Era tomar la propuesta del profesor y buscarle ese algo más. Cuando a mí me decían hay que tallar un bloque de piedra y sustraerse a las características particulares que tiene, yo lo hacía, pero le agregaba fierro. Siempre había algo más, que después se empezó a constituir como una propuesta, como un estilo que se fue dando con otros alumnos que venían más atrás. Yo siempre he andado en busca de situaciones nuevas, pero si tú no estás alerta ni conciente de lo que estás haciendo, te pierdes en la nebulosa del hacer.

¿Usted está continuamente experimentando con nuevos materiales?

A mí, más que experimentar con los materiales, me gusta cuestionar los materiales, como en "La Escultura es lo Central", en que simples cajas están sosteniendo un edificio.

¿Cómo surgen estas ideas?

Surgen como conceptos. La situación es centrar un concepto y buscar la homologación matérica dentro de estas pequeñas pixeladas que yo siempre he sido: el articulador, el tensionador. Dejar que el material hable y se exprese, pero dentro de un contexto distinto.

¿Y en el caso de la muestra que está en El Bosque?

Es una semilla. "Fruto Seco" es el concepto de un elemento que fue, se secó y está presente hasta que lo vuelves a usar. Partes la nuez, la consumes y empieza una nueva elaboración. Me llamó la atención ese concepto porque parte de esa muestra está conformada por elementos o situaciones que, de alguna manera, llegaron a un fruto seco. La idea era articular ese fruto seco para poder explotar de nuevo. Por eso me gustan estos espacios porque te permiten hacer laboratorios.

¿Le gusta exponer en lugares menos conocidos?

No es que exponga porque me guste, sino que es una necesidad, un concepto que yo tengo de trabajar, como una acción de enriquecimiento de mi propio arte y de mi propio ser. Esperar tres años o cinco para que te den un espacio en el Museo de Bellas Artes es una estupidez. Uno llega a esos espacios después de una gran invitación, de una propuesta, pero no después de un desfinanciamiento para poder conseguirlo. Lo ideal para mí sería buscar otro espacio similar que me permita resolver qué es lo que hay más allá de Fruto Seco.

¿Es en lo qué está ahora?

Lo que pasa es que estuve centrado en armar estas dos exposiciones en siete días. Ahora tengo que guardar, tomar registro y empezar una etapa de postproducción. A mí lo que más me interesa es centrarme en esta problemática para ver si encuentro una solución madura, que sea un aporte. Quizás es una meta muy ficticia y todos la tenemos, pero la diferencia está en que esa misma inquietud yo la he tenido por 26 años y nunca se ha ido.

Sergio Cerón -quien pasó una temporada en Alemania invitado por Thyssen Krupp del Museo Bochum de Alemania, donde realizó una obra que se encuentra, actualmente, en la Universidad Sindical de la I. G. M. en Sprokopel- agrega: "Siempre soy escultor, pero no un escultor de caballete y no tengo por qué serlo. La premisa del artista visual es estar siempre en el límite, ir provocando los límites. Si no estás en esa, no estás innovando, ni tensionando. No provocas ni consigues nada".

La exposición "Fruto Seco" se puede visitar hasta el 31 de agosto, desde las 9:00 a las 17:30 horas en la Galería de Arte Guillermo Núñez, ubicada en Gran Avenida 12.552-B. "La Escultura es lo Central", muestra colectiva en la que también participa el académico del Departamento de Artes Visuales y Coordinador de los Ciclos Básicos Vespertinos, estará abierta al público hasta la primera semana de septiembre en Santa Isabel 1278.

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