A principios de los años setenta, Chile protagonizó uno de los capítulos más significativos en la historia contemporánea de América Latina. El triunfo en las elecciones en 1970 de la Unidad Popular, coalición de izquierda liderada por Salvador Allende, supuso el comienzo de una serie de profundas transformaciones políticas, sociales y económicas, que dieron inicio a un período en que las aspiraciones y demandas por una mayor igualdad y justicia de los sectores más postergados encontraron una respuesta nunca antes vista desde el Estado.
Dada la profundidad de las reformas aplicadas, así como el evidente temor de que este modelo de socialismo democrático se pudiese extender por la región e incluso por Europa occidental, las fuerzas políticas conservadoras, en complicidad con varios gobiernos extranjeros, fueron preparando las condiciones de inestabilidad social y política que propiciaron el Golpe Cívico- Militar ejecutado el día 11 de septiembre de 1973.
En el contexto de la conmemoración de los 50 años de este trágico hecho que marcó el fin del sistema democrático chileno, el Museo Nacional de Antropología de España ha programado una exposición titulada “La historia es nuestra: Salvador Allende y la Unidad Popular a través de la loza de Talagante”, en la que las loceras Gretel Cerda y Marta Contreras expondrán una aproximación histórica a los principales hechos políticos, culturales y sociales del período a través de 19 escenas que recogen las técnicas de producción en barro policromado de la zona de Talagante, localidad de fuerte tradición campesina cercana a Santiago de Chile.
“Se trata de una exposición que busca activar relaciones entre la producción de cerámicas de Talagante y la historia social desde una perspectiva que se relaciona con nuestro origen de clase popular”, comenta Rolando Báez, historiador del arte, profesor del Diplomado en Prácticas Curatoriales y curador de la exposición, quien agrega: “en ese sentido, las piezas producidas por estas dos artistas permiten sugerir perspectivas decoloniales para el patrimonio cultural latinoamericano en los museos de Europa”.
Con el fin de posibilitar esta relectura crítica de los repertorios formales y temáticos de dicha expresión artesanal, tanto Báez como las loceras estuvieron durante más de 1 año desarrollando un trabajo de revisión bibliográfica y documentación con distintas fuentes fotográficas y audiovisuales de la época, el que fue profundizado además con la asesoría del historiador español Mario Amorós, investigador de reconocida trayectoria sobre este periodo. “Sin la participación de Mario, no habríamos podido acceder de forma tan lúcida a esta época. Sus consejos y detallados conocimientos de lo acontecido entre 1970 y 1973 en Chile nos permitieron construir una trama narrativa que a todas luces nos conectaba política y emotivamente con el sentido y valor de la figura de Salvador Allende”, puntualiza el curador.
Para la ceramista Marta Contreras, “esta exposición nos abre una importante puerta para la difusión de nuestro trabajo con las lozas en España, donde son prácticamente desconocidas por el público en la actualidad. Por eso lo vemos como un desafío, no solo para nosotras como artesanas, sino también para las artesanías chilenas porque no es frecuente que estas iniciativas puedan ser exhibidas en un museo europeo tan importante”. Su compañera Gretel Cerda, por su parte, complementa: “con este proyecto las artes populares van más allá de ese carácter folclórico y costumbrista de la vida campesina para transformarse en herramientas que exponen hechos sociales que siguen presentes hasta el día de hoy”.
Por su parte, Fernando Sáez, director del Museo Nacional de Antropología de España, considera que esta exhibición en Madrid resulta muy pertinente debido a que la sociedad española durante esos años “siguió con enorme expectación la efervescencia política y cultural que acompañó al gobierno de la Unidad Popular en un momento en que aquí existía un extendido deseo que acabara el régimen de Franco y se inaugurara una etapa democrática y, por el mismo motivo, el resultado del golpe provocó una fuerte conmoción”. A su juicio, la propuesta curatorial y creativa constituye una gran oportunidad para pensar los procesos sociales vividos en ambos países y, en un sentido patrimonial, ofrecer a la comunidad que visita el Museo una inédita propuesta sobre “la renovación plástica y lingüística de la tradición locera talagantina y su nueva función social. Dos lecturas complementarias que sin duda van a dar a este proyecto una dimensión poliédrica y de gran impacto”.
La muestra, cuya gestión y producción ha sido posible gracias al apoyo de los Fondos de Cultura 2021 y 2022 del Ministerio de las Artes, las Culturas y el Patrimonio, así como de la División de las Culturas, las Artes, el Patrimonio y la Diplomacia Pública del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, será inaugurada el 8 de junio en el Museo Nacional de Antropología de España ubicado en la ciudad de Madrid para luego trasladarse en octubre al Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias “González Martí” en la ciudad de Valencia donde permanecerá hasta fines de enero del 2024.
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