Claudia Zaldívar rememora la siguiente imagen: ella, una niña de 12 años irrumpiendo en una sala universitaria de Historia del Arte donde estudiaba su hermana mayor. Así, comenzó el interés que concretó al matricularse en Licenciatura en Arte con mención en Teoría e Historia del Arte en la Universidad de Chile.
Su paso por allí no fue fácil, debido al complejo período político. “Estudié en dictadura, así que la carrera estaba bien desarticulada. A pesar que había profesores terribles, también había unos muy buenos y tuve la suerte de estudiar, por ejemplo, con Adolfo Couve y Pablo Oyarzún”, señala.
Esos años, recuerda, fueron duros, ya que faltaba mucha información e, incluso, en 1987 pararon durante seis meses por la manifestación estudiantil contra la designación de José Luis Federici como rector de la U. de Chile, quien era reconocido por desmantelar y privatizar empresas estatales.
Una vez finalizados sus estudios en 1990, Claudia se dio cuenta que el campo laboral era bastante reducido: hacer crítica de arte o hacer clases. Ninguna de esas opciones le interesaba, por lo que decidió realizar gestión y política cultural.
El primer acercamiento fue con su tesis, en la que investigó la historia del Museo de la Solidaridad, del que hoy, más de veinte años después, es directora. En 1991, hizo toda la coordinación de guías para la exposición que dio por reinaugurado este espacio, evento realizado en el Museo Nacional de Bellas Artes.
De ahí en adelante, ha tenido una extensa carrera, entregando variados aportes a la cultura. Por ejemplo, en 1993 desarrolló el primer seminario intelectual en democracia, llamado Utopías, y en 2004 organizó, junto a Nelly Richard y Pablo Oyarzún, el coloquio internacional Arte y política. Asimismo, se destacan dos exposiciones que tuvo a su cargo: Juan Downey: Instalaciones, dibujos y videos (1995) y JAAR/SCL de Alfredo Jaar (2006).
En 1994 coordinó, desde la división de Cultura del Ministerio de Educación, el programa Escuelas de rock. Y en 1998, una vez que terminó su diplomado en Gestión y políticas culturales en la Universidad de Barcelona, Claudio Di Girolamo la instó a coordinar el Área de Descentralización y a crear el Área de Artes Visuales del gobierno.
En 2002, fue directora de la Galería Gabriela Mistral, cargo que ocupó hasta el 2010. Y, un año después, volvió al Museo de la Solidaridad Salvador Allende, esta vez como directora.
“Es una buena oportunidad para estructurarlo y profesionalizarlo, establecer una política curatorial, de exhibición y mediación, hacer sus catálogos razonados, y recuperar el archivo. Creo que esta reestructuración ha sido un aporte para que finalmente se le dé al museo el espacio que merece”.