Mi nombre es Jaime Zelada Canales y soy técnico del Taller de Serigrafía en el Departamento de Artes Visuales, una técnica de impresión que aprendí durante los casi 30 años en que trabajé en el área de artes y decoración de una fábrica de porcelana, y que luego puse en práctica aquí, cuando llegué a este taller en el año 2006.
Mi labor consiste en enseñar y asistir a los estudiantes en los procesos técnicos que les permiten concretar los proyectos que van generando clase a clase con sus profesores, quienes los guían en torno a la forma, el tamaño y la imagen, por dar algunos ejemplos. Eso ha sido un gran aprendizaje para mí, porque he podido ver cómo se aborda la parte teórica, se construye una imagen o se resuelven ciertas ideas. Y luego entro yo, que me encargo de la parte técnica, es decir, de la impresión, que quizás es la parte más bonita porque es ahí cuando los estudiantes ven aparecer la imagen a la que fueron dando forma en sus cabezas.
Llevo muchos años trabajando en esto y puedo decir que algo mágico sucede en este taller porque el resultado siempre es más de lo que uno proyecta y eso, creo yo, va en la energía de este espacio. Aquí no sólo hay mucho afecto y cariño, sino que además existen las ganas y la inquietud por aprender. Por ejemplo, hay muchas cosas que no hemos hecho nunca, entonces es un desafío para todos, pero yo les digo: confíen en que vamos a hacer algo bueno, démosle no más. Finalmente es un aprendizaje para el estudiante pero también para mí.
Me veo aquí durante muchos años más y feliz, porque disfruto lo que hago. Aquí estás formando profesionales, pero sobre todo personas, y eso es fundamental. Por eso es que estar en esta Facultad y en este lugar en particular, me llena de orgullo. Estoy muy agradecido de la oportunidad que se me dio para trabajar en esta Facultad.