¿Necesitamos volver a renacer para entender la importancia del arte? ¿Debemos volver a descubrir para sentir la pasión de lo sublime? ¿Es el arte un deseo o una necesidad? ¿Es el arte la motivación de un país?
Las condiciones económicas actuales para los artistas chilenos son básicas y confusas. A pesar de tener un gran fondo nacional, FONDART, eso no es suficiente para todo lo que significa sostener los sueños de un país. Se necesitan mecenas, instituciones privadas que colaboren, personas que apoyen la cultura. Nuestros artistas deben hacer mil cosas para sostener su profesión. Mil cosas distintas. Mil cosas ajenas al arte. Horarios distintos, sentimientos distintos, pensamientos divididos entre el escenario luminoso y el escenario real, la vida.
La dificultad está puesta en que el arte no es necesario para nuestro entorno. El arte es considerado un adorno poco recordado. Hasta en los colegios es un adorno, un pincelazo, una recreación, un taller, un accidente. Estatus para algunos, pero no necesidad. Algo extra cotidiano. Entonces, ¿Dónde está la inspiración que nos mueve a soñar?. ¿Dónde está puesta la inquietud? ¿Dónde está nuestro error como artistas?
Cuando cayeron las torres gemelas en New York, el 11 de septiembre de 2001, el arte se paralizó. Nadie iba a los teatros, nadie salía de sus casas, el miedo era el motivo. En cambio, los artistas salieron a las calles y mostraron por semanas sus espectáculos. La calle fue el escenario, la luz era el día y el vestuario sus cuerpos.
Todo se llenó de arte, todo se iluminó de cultura. En ese momento la misión del arte fue enseñarnos a volver a confiar. Volver a salir, mirarse y descubrir que había que vivir. El arte no es sólo poesía, es vida, es realidad, es matemática, es historia, es ciencia, es lo cotidiano. Lo que nos llena de luz.
Tal vez hay que llenar las calles de conciertos, llenar las calles de teatro, de pinturas, de cine, de danza, de lectura. Mostrar lo que somos y lo difícil que es nuestra profesión, muchas veces mal vista. Somos una Universidad con una Facultad de Artesy nuestro sello debe ser hacer que este país se bañe en cultura. Mostrar lo que somos, lo que hacemos, gritar nuestra crisis, y que escuchen nuestra voz. Somos un país que necesita soñar para volver a nacer.
Annie Murath.
Docente Escuela de Teatro
Universidad de Chile.