En el marco de la curatoría de Dibujo Contemporáneo desarrollada por Cesar Gabler, que indaga sobre nuevos y más actuales abordajes de obra a partir de las premisas del dibujo como lenguaje autónomo en nuestro país, el artista visual Ricardo Pizarro crea “Amor Vacui”.
Una propuesta que ironiza con la idea del arte como un ejercicio trascendente o de alta cultura, en la que utiliza como soporte toallas de papel desechable de uso doméstico cuyo destino es ser utilizadas y desechadas. “Ya desde antes venía realizando un tipo de obras que reflexionaban acerca de las supuesta trascendencia del arte, su discurso y su autonomía, sobre todo tomando en cuenta las condiciones con las que debe lidiar el artista chileno. Todo lo cual me llevó a realizar obras seudo conceptuales, basadas en las premisas del Minimal Art, donde menos es más”, explicó el artista.
De ahí surgen los mándalas, representaciones simbólicas espirituales y rituales del macrocosmos y microcosmos, utilizadas en el budismo y en el hinduismo que dan origen a Amor Vacui. “Esta obra recibe su nombre en alusión contraria a Horror Vacui (horror al vacío) que es una de las premisas del Barroco en cuanto no dejar espacio alguno sin ‘rellenar’ dentro de una composición. En estas obras hago algo parecido, sin embargo, la imagen final es un mándala que al ir ejecutándolo me llevó a un espacio de meditación antes impensado para mí. En este sentido los mándalas tienen una fuerza terapéutica que permiten centrarse en el presente, que en todas las tradiciones Zen, budistas y afines, se caracteriza por ser un espacio del vacío, fuera de las ataduras del pasado y de las ansiedades del futuro. El presente es el vacío absoluto donde todo está siendo y donde todo está por crearse”, señaló el profesor de Dibujo.
Una técnica que llevó al artista a ejecutar celosamente su trabajo, tomándose largo tiempo para su realización. “La demora que conllevó cada mándala se extiende casi absurdamente si pensamos en los flujos y velocidades de producción y asimilación del arte contemporáneo en nuestros días. Un solo mándala concentra una cantidad de tiempo inverosímil o absurdo para la industria del arte o de la imagen. Esto último enfatizado por el carácter industrial y desechable del soporte utilizado ¿Cuál es el destino de estas obras, convertirse en patrimonio o irse al tacho de la basura?”, se cuestionó Pizarro.
Y es que Amor Vacui fue pensada para plasmar ironías tanto artísticas como sociales. Así lo explica Ricardo Pizarro, “creo que el arte para una elite, no solo social, sino una elite del conocimiento (en la cual me incluyo), hace patente las desigualdades sociales en cuanto al acceso, tanto directo como simbólico, al arte. Esto me llevó a tensar los soportes de mis obras y recurrir a materiales industriales de bajo valor, desechables y cotidianos, cercanos y transversales a todos, con el fin de bajar el arte del olimpo”, indicó.
De esta forma, el artista se situó en la oscilación entre creer o no creer en el arte. Entre creer por un lado en una creación genuina, comprometida y trascendente, o bien por otro, tomar el arte como una utilería, es decir, “una cínica representación para erigir una aspiracional carrera artística que me llevará a solventar de alguna forma mi condición como sujeto social”, explicó y agregó: “Al observar las deficientes condiciones del artista chileno comencé a entender al arte como un acto de fe, y al mismo tiempo como una pyme, un negocio. Esta oscilación conlleva lo uno y lo otro: por un lado a invertir los capitales con que contaba, básicamente mi propia mano de obra y a reducir los costos tanto de los materiales de la producción, de su movilidad y montaje. Y por el otro lado, los mándalas me introdujeron sin buscarlo, en un sacro oficio o sacrificio, en cuanto me entregan un espacio de introversión y meditación que me devuelve a los centros de mi existencia, lejos de los prejuicios y exigencias externas. Es un lugar íntimo e intocable, que me lleva a estar con los cinco sentidos completamente presente”, indicó el artista.
Sacrificio que dio vida a los mándalas que componen Amor Vacui. Una propuesta basada en el dibujo como lenguaje de creación autónomo que parte del gesto mínimo del punto, el grado cero de la línea que construye un dibujo. “La trama de celditas en bajorrelieve que presenta la toalla de papel gofrada, me permite tener una retícula base que me da infinitas posibilidades al ir redibujándolas con puntos con plumón. Esto me ha llevado a representar tramados planos, perspectivas isométricas, juegos de figura y fondo, entre otras. En los mándalas el dibujo de figuras se ciñen a un diseño concéntrico base. Las posibilidades son también infinitas, solo debo ir circunscribiendo las figuras a su centro e ir repitiéndolas geométricamente, todo esto de la mano del dibujo de principio a fin”, comentó el artista visual.
La exposición de Ricardo Pizarro, Amor Vacui- patrocinada por la Asociación de Artistas Contemporáneos (ACA)- se inaugura hoy jueves 26 de junio, a las 19:30 horas, en la librería Metales Pesados, ubicada en José Miguel de la Barra #460 (Metro Bellas Artes) y permanecerá abierta hasta el 13 de Julio de 2014.
Antecedentes de exhibición
Título de la exhibición: AMOR VACUI
Autor: Ricardo Pizarro
Técnica: Plumón sobre toalla de papel gofrada desechable (toalla “nova” formato industrial)
Medidas: 2 piezas de 150x150 cm c/u y dos bastidores de 10x15 cn c/u