Formó alumnos durante 37 años, desde su taller en la vieja Facultad de Bellas Artes en el Parque Forestal, entre lo que hoy es el Museo Nacional de Bellas Artes y Museo de Arte Contemporáneo (MAC). Toda una vida dedicada a la creación y enseñanza, que Lily Garafulic (1914-2012) hizo evolucionar en primera persona en nuestro país.
El 14 de mayo cumpliría 100 años, y como homenaje, el MAC, el Museo Nacional de Bellas Artes y Fundación Itaú inauguran ese día y en forma conjunta la muestra Lily Garafulic, 100 años. Una doble mirada. Una celebración de su obra y de su trascendencia en las artes nacionales.
En su carrera, 1938 marcó el alejamiento de su maestro, Lorenzo Domínguez. Garafulic había conocido a Constantin Brancusi en París y según relató, su antiguo profesor “nunca pudo perdonarme mi paso del naturalismo a la abstracción”. Dejó de ser su ayudante de cátedra, se comprometió con la vanguardia internacional y continuó en esta línea en la formación de nuevos escultores.
La Premio Nacional de Arte de 1995 se acercó al abstractismo, pero nunca abandonó del todo la figuración. En 1946, realizó las monumentales esculturas de 16 profetas que son parte de la arquitectura del Santuario de Lourdes. Aún se conservan en el edificio de Quinta Normal.
El 14 de mayo, MAC Parque Forestal abre una exhibición dedicada sus esculturas, junto a piezas de alumnos que ayudó a formar, como Raúl Valdivieso, Sergio Castillo, Sergio Mallol y Francisco Gazitúa. Esta exhibición, será complementada por una muestra en la Sala Suecia 26 de Fundación Itaú y, a partir del 5 de junio, una muestra de grabados de la artista en el Museo de Bellas Artes, institución de la que fue la primera mujer directora, entre 1973 y 1977.