Soy Elizabeth Romero, funcionaria de la Facultad de Artes desde 1992. Recién salida del colegio me incorporé a la Facultad, comenzando a trabajar en Decanato, luego en la Oficina de Partes y posteriormente al Museo de Arte Contemporáneo (MAC), donde me desempeño como secretaría del director, prof. Francisco Brugnoli.
Cuando el profesor Brugnoli me plantea la posibilidad de trasladarme a trabajar al museo, yo me preguntaba ¿pero qué voy a hacer ahí? Tenía dudas y estaba asustada, pero al mismo tiempo me parecía interesante el cambio. Acepté y me encontré con un lugar que funcionaba de un modo distinto, entonces sentí que estaba creciendo y eso siempre me ha interesado.
La primera muestra grande en la que participé fue la visita de Yoko Ono a Chile. El edificio no contaba con la implementación necesaria para la convocatoria de público y prensa que tuvo. Se llenó de gente y empujaban las puertas porque querían verla. Otra que fue bien polémica fue la de Marco Evaristi, una muestra transgresora para la época porque instalaba jugueras con pececitos vivos adentro. Fue muy polémica porque tenías la opción de quitarle la vida a esos peces. También Tunick por el tema del desnudo.
En esos años en la Universidad se hacían muchas actividades. Yo participé en varias, incluso fui candidata a reina de la Facultad de Artes y del club deportivo. A pesar de que trabajamos mucho no gané, saqué el segundo lugar, pero lo recuerdo como una bonita experiencia. Esas mismas actividades hacían que hubiera más comunión y lazos más afiatados entre los funcionarios.
Yo pensaba que no iba a estar mucho tiempo en la Facultad, creía que luego de unos años iba a buscar otras experiencias, pero no te das cuenta como se te impregna la camiseta. A veces uno se agobia y se quiere ir, y yo he tenido posibilidades, pero pensarlo me da pena y susto. Es raro, pero me ha dado mucha pena y se me han caído las lágrimas pensar la posibilidad de que irme.