Reseña histórica

El actual Departamento de Danza de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, tiene su origen en la Escuela de Danza que se funda bajo el alero del Instituto de Extensión Musical (IEM) en el año 1941, producto de una definición de responsabilidad universitaria.

En el año 1941 está terminando el gobierno del Presidente Pedro Aguirre Cerda, cuyo conocido lema fue "Gobernar es educar". Su mandato dejaría reconocidas huellas en la educación pública del país. La Universidad de Chile de esa época, bajo la rectoría de Juvenal Hernández Jaque, se reconoce en sintonía con el discurso de esos tiempos. En este caso, la implementación de iniciativas que dicen relación con la convicción del rol de la educación superior del Estado como garante del desarrollo de las artes para el país. La formación para la creación, la interpretación y la extensión de la danza, deben germinar dentro de la universidad pública, para ser proyectada de forma profesional a la nación. Las artes dentro de la Universidad de Chile, se constituye en un hito histórico de la mayor importancia para la nación, el año 1941 especialmente, puesto que en enero se crea la Orquesta Sinfónica, en junio el Teatro Experimental y en octubre la Escuela de Danza.

Como es bien sabido, en gran medida gracias a la gestión de Andrée Haas, primera chilena titulada en Ginebra en Rítmica Dalcroze, y de algún modo influenciada con la danza de Mary Wigman, fue posible la llegada de los fundadores de la escuela de danza a la Universidad de Chile.

Como académica del Instituto de Educación Física de la Universidad de Chile, Andrée Haas inicia sus labores docentes el año 1928, siendo la iniciadora de la danza moderna en el aula universitaria desde la perspectiva de la rítmica corporal. Junto con recomendar a los integrantes del Ballet de Jooss para fundar una escuela profesional en la Universidad de Chile, Haas entrega generosamente sus alumnas a la primera generación de la escuela de danza. Su grupo de estudiantes se formaba con los ideales técnicos y estilísticos que se desarrollaban en la escuela de Dalcroze en Suiza y de la discípula de Laban y Mary Wigman. Parte de esa primera generación también fue conformada por estudiantes de Ignacio del Pedregal, que después de estudiar con Mary Wigman en Berlín, dicta clases de danza moderna en el Museo de Bellas Artes.

Se imparte la primera clase en la Escuela de Danza de la Universidad de Chile, el 7 de octubre de 1941, con 15 estudiantes seleccionados de 200 postulantes. Los maestros Ernst Uthoff, Rudolf Pescht y Lola Botka, comenzaron a ver en sus discípulos un ideal de bailarín expresivo que debía ser preparado para enfrentar los desafíos de la escena de la danza moderna chilena; ideal que debían alcanzar los integrantes del Ballet de la Escuela de Danza del Instituto de Extensión Musical. Con ese nombre se presentan por primera vez el 22 de noviembre de 1942. Danza Lírica (con Malucha Solari y Rudolf Pescht en los roles centrales) y Capricho Vienés (con Carmen Maira, Malucha Solari, Lissy Wagner, Patricio Bunster y Alfonso Unanue), en el marco de la celebración oficial del Centenario de la Universidad de Chile.

El impulso de la danza de Laban, la energía y el tiempo del movimiento del cuerpo en el espacio, puestos al servicio escénico en la danza teatral de Kurt Jooss, eran el enorme capital artístico con que venían estos tres artistas de una vasta trayectoria escénica. Nuestros fundadores fueros artistas de la danza con concepciones de un lenguaje corporal expresivo moderno europeo, de gran aceptación en los momentos históricos que se vivían. Los bailarines de Uthoff conocieron el rigor en el trabajo diario, trabajo orientado para alcanzar la perfección en la ejecución de cada movimiento que debía comunicar de forma precisa lo deseado por el coreógrafo.

La tríada Laban - Jooss - Leeder, gran orientadora de teoría, de expresión escénica y de un método pedagógico respectivamente, constituye un aporte que marcó las artes escénicas del siglo XX y a Chile como un privilegiado en el inicio de la danza profesional universitaria. Sin embargo, cabe señalar que en los comienzos, la influencia directa de Sigurd Leeder no se hace efectiva de forma explícita hasta el regreso a Chile de Malucha Solari en 1951, y posteriormente con la llegada de Joan Turner el año 1954; ambas discípulas directas de Leeder, lo que prepara el camino para la marcadora presencia del propio Sigurd Leeder en 1959, como director de la entonces llamada Escuela de Danza del Instituto de Extensión Musical de la Universidad de Chile.

Los maestros de esta primera etapa, además de los fundadores Uthoff, Botka y Pescht, estaban Heinz Poll, Joan Turner, Malucha Solari, Patricio Bunster, Nora Sapiaín, Hans Zullig, Graciela Gilberto, Abdulia Bath, Madame Poliakova, entre otros.

La década de los años 60, se constituye en un período de desarrollo y de cambios significativos para la Escuela de Danza. Bajo la dirección de Malucha Solari se crea el Balca (Ballet de Cámara) en 1966, concebido como un elenco de profesional de la danza de pocos integrantes, que pueden realizar labores de extensión con mayor facilidad, pudiéndose presentar en espacios alternativos, Pero por sobre todo, constituir un espacio de experimentación para nuevos creadores. Solari decía al respecto:

"Impulsar y crear nuevas expresiones dancísticas que permitan la creación libre y desinhibida, en un lenguaje que refleje al hombre contemporáneo y a nuestro mundo."

La reforma universitaria de fines de los años 60, también repercute en el Departamento de Danza. Patricio Bunster es quien toma a su cargo la Escuela y el Ballet Nacional Chileno, impulsando un ideal de artista de la danza comprometido con su país, que define un nuevo plan de formación para bailarines, coreógrafos, instructores, profesores y especialistas en notación de la danza. Proyecto que se viera truncado por el golpe militar de 1973.

A partir de esa fecha se producen grandes cambios, los que determinan un Departamento de Danza que enfoca principalmente su labor en la formación de intérpretes superiores, de Instructores en Danza Infantil y posteriormente Licenciados en Danza. Todo esto gracias a profesores en su mayoría formados en la misma escuela y ex bailarines del Ballet Nacional Chileno, tales como Bárbara Uribe, Elly Griebe, Gloria Legisos, entre otros. Egresados de estas tres vertientes formativas van a nutrir de manera significativa la danza independiente chilena en la década de los años 80 y de los 90 en Chile.

Este desarrollo de la danza independiente de los años 80, se ve acompañado por la designación del primer Premio Nacional de Artes para la danza el año 1984 para el maestro Ernst Uthoff.

El cambio de siglo viene con el reconocimiento a una personalidad de la danza ligadas estrechamente a este Departamento de Danza, se trata del segundo Premio Nacional de Artes para la danza, que recae e Malucha Solari el año 2001. También vienen cambios importantes después de movilizaciones estudiantiles que reclaman modificaciones sustanciales al interior del Departamento, es así como en el año 2010 se concreta una renovación completa del claustro académico, conformado por artistas, investigadores y docentes con significativa presencia en el medio nacional e internacional de la danza. Es este cuerpo de académicos que da inicio a una innovación curricular impulsada en todo el pregrado de la Universidad, lo que da origen primero a una adecuación curricular y a una nueva malla innovada que se implementa a partir del año 2015.

"El Egresado de la Licenciatura en artes mención danza, es un artista escénico de danza que concibe, practica y elabora un discurso estético-artístico a través del cuerpo en/ y el movimiento. Es un artista crítico-reflexivo que concibe el cuerpo como eje epistémico, que valida la experiencia y la experimentación como generadores de conocimiento y aprendizaje. El desarrollo de su proceder artístico es de carácter interdisciplinario, dialogando además con componentes culturales individuales y colectivos. Es un artista que valora e integra en su hacer la inmaterialidad del patrimonio cultural relacionándolo con el cuerpo, el movimiento y la danza. Tiene conocimiento en los saberes fundamentales que componen el campo artístico y los vincula con el desarrollo disciplinar de la danza, enfrentando problemas artísticos desde una dimensión interdisciplinaria. Desde su quehacer artístico profesional, el egresado contribuirá con el desarrollo del patrimonio cultural y la identidad nacionales y con el perfeccionamiento del sistema educacional del país. Realiza su actividad profesional con excelencia, sentido ético, cívico y de solidaridad social, en concordancia con los principios institucionales de la Universidad de Chile."

Con este perfil declarado, que rige a partir del año 2015, se espera extender la labor pionera de nuestros fundadores con perspectiva de futuro, para continuar entregando a nuestro país personas comprometidas con el desarrollo global del arte de la danza.

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