2013-08-20 2013-08-22

Conferencias y seminarios

Programa del Coloquio transdisciplinar de arte y ciencias sociales "Calle. Investigaciones en curso"

Informaciones

Fecha

Martes y jueves del 20/08/2013 al 22/08/2013

Hora

11:30

Lugar

Auditorio de la Facultad de Artes

(Las Encinas 3370, Ñuñoa, Santiago)

Organiza

Departamento de Artes Visuales y Laboratorio Transdisciplinar en Prácticas Sociales y Subjetividad
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Este coloquio se propone desde el cruce de dos líneas principales, por un lado la preocupación del Departamento de Artes Visuales de promover y articular una reflexión sistemática en torno al llamado Espacio Público, o la calle, ya desde la articulación de múltiples líneas de investigación, como desde la presentación de distintos modos con que el arte acciona en dichas zonas. Por otra parte se trata de exponer a modo de detención momentánea las diversas investigaciones e intervenciones en torno al espacio público realizadas al interior de Lapsos (Laboratorio Transdisciplinar en Prácticas Sociales y Subjetividad) en torno al Malestar Social en Chile, en el que participan docentes y estudiantes de la Facultad de Artes y Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.

PROGRAMA
Coloquio transdisciplinar de arte y ciencias sociales Calle. Investigaciones en curso
Auditorio Facultad de Artes sede Las Encinas
Campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile
Las Encinas 3370. Ñuñoa
Entrada liberada

Martes 20 de agosto
La Calle. Umbrales de transversalidad

11:30
horas.
Svenka Arensburg
Rodrigo Zúñiga
Comenta: Esteban Radiszcz

Performatividades callejeras
14:30 horas.

Mauricio Barría
Natascha de Cortillas
José Llano
Modera: Cristian Idiáquez

Jueves 22 de agosto
Fenomenologías de la  calle: recorridos y detenciones
11:30 horas.

Danilo Sanhueza
Francisco Sanfuentes
Comenta: Rodrigo Zúñiga

Políticas de  visibilidad. Mapas y cartografías del Malestar
14:30 horas.

Marco Valencia
Nadinne Canto y Tania Orellana
René Valenzuela y Pepe Guzmán
Modera: Helga Peralta

CONVOCATORIA

El trabajo desarrollado por la línea de Espacio Público de Lapsos apunta a integrar dispositivos innovadores de investigación y registro (etnográficos, estéticos, urbanísticos, cartográficos) acordes a la complejidad y diversidad de planos donde dicho malestar se dice (o se calla), se muestra (o se oculta), se sabe (o se ignora).

Hacer visible lo invisible se basa en el supuesto de que el malestar sólo puede ser analizado e interpretado como una condición sintomática de una sociedad y de una cultura, integrando ahí las dimensiones subjetivas que contribuyen a su constitución y, eventualmente, a su transformación política. Dicha condición sintomática supone abordar las contradicciones y "paradojas" entre lo dicho y lo no dicho, entre lo pensado y lo impensado, entre un imaginario normativo e "ideal" y su reverso como inadecuación, desajuste o desasosiego.

Sin embargo, en la perspectiva complementaria que proponemos, tal tensión entre lo visible y lo invisible, entre representaciones y prácticas, entre lo latente y lo manifiesto, admite una topología (pensar los lugares, los espacios) situada en otro orden de cosas. Se trata, más específicamente, de pensar -y eventualmente de intervenir- el cuerpo social en función de zonas cuya figurabilidad requiere identificar algo más (o algo distinto, al menos) que órdenes de discurso, de representación y de acción, o más bien donde estos órdenes adquieren otro nivel de visibilidad crítica.

La propuesta de Lapsos, concebida como un programa de investigación/intervención cultural, más que interpretar la tensión entre lo visible y lo invisible enunciada anteriormente, quiere situarse en el orden del mostrar, del indicar, del recorrer las zonas y perspectivas que el malestar inscribe como huella, como cartografía, como escritura.

Por otra parte, la metodología que se ha propuesto poner en obra, apela a contenidos del malestar que las formas visibles e invisibles del espacio público contienen en el juego inevitable del pasado (espacios de memoria) y del presente (zonas y circuitos del malestar actual). Por lo tanto, se vuelve necesario articular o superponer a las cartografías del malestar, del poder y de la exclusión actuales (puntos y zonas de marcha indignada, lugares donde el pueblo deposita su dolor, su rebeldía e incluso su resignación), a las cartografías -oficiales o clandestinas- de más o menos remotas inscripciones culturales. Habrá que ver entonces hasta qué punto la actualidad -aparentemente superficial y manifiesta- contiene ella misma la historia latente por la cual se han inscrito -para en algún sentido hacerlas desaparecer- las formas del poder sobre los cuerpos en el cuerpo social. Una anatomía, una fisiología del dolor o del malestar en el cuerpo social contendrá entonces la historia registrada en sus superficies -en sus calles o sus arterias, en sus límites y sus profundidades-; es decir, la historia de los modos por los cuales la marginalidad, la locura, la criminalidad o el miedo ha quedado escrita en la ciudad como testigo de un presente que es también pasado a recobrar.

Se ha planteado desde el inicio de esta convocatoria la denominación de "Espacio Público" como área de investigación convocante. Sin embargo en este coloquio hablamos de calle, lo que no es tan simple pues requiere un esfuerzo en tanto experiencia individual, a veces naturalmente desdibujada en supuestos, erradicada por nuevos paradigmas biopolíticos que cambiaron la noción de habitar o habitante por las nociones de propietario o usuario y donde casi se puede afirmar que la ciudad ya no se recorre... ahora se cruza.

La calle, igual que lo inespecífico de la noción de Malestar, se abre como posibilidad. Creemos conviene al menos abordar el asunto, obviamente sin la urgencia y menos la necesidad de una definición o delimitación de conceptos, sólo abordar la palabra y lo que ella sugiera como apertura o posibles asociaciones, lo que ella evoca mas allá de su anclaje en vía de circulación. ¿Cuándo es o cuándo se trata de calle o  la calle?...

¿Cuando estamos en la calle?

¿Cuándo es calle?

¿Qué es calle?

Por ahora; un segmento sin medida habitualmente signado con un nombre que se encuentra al interior de la ciudad y que la constituye como tal / Cuando pensamos o decimos calle es porque no estamos en ella. Luego si pensamos en ella como experiencia o suceso casi siempre será un momento de fragilidad, porque se trata de la propia historia puesta en juego, cosa que no es mucho ni muy relevante. No basta con andar allá afuera para estar en la calle (para estar en la calle, hay que estar en la calle). Perderse en la ciudad es perderse en sus calles (Sergio Rojas) Se trata algo así como de estar privado de algo que se tenía y de lo cual me rodeaba y me re-confortaba. Destemplanza del tiempo, destemplanza de los saberes.

Podemos momentáneamente designar el callejeo como un deambular simple, desnudo y sin razón útil aparente. El callejero no tiene distancia, al parecer no se tiene ni se lleva nada importante cuando se callejea... Dejemos en suspenso eso de "Qué sería lo importante".

La experiencia de la calle implica la vieja discusión entre acontecimiento y la narración: Uno de los problemas o incongruencias que se plantean en dicha oposición de palabras es la incapacidad de dar cuenta o materializar en un grado más o menos objetivo el acontecimiento de la calle, de una experiencia, obra o gesto que la aborde... Hay ahí una especie de pugna de privilegio, el de la experiencia que se agota sobre sí misma, lo que Bachelard llamaría el hielo de un instante y que quizás pervive en el lugar de una memoria brumosa plagada de ruinas, y el de la narración, la interpretación, la puesta en valor en un tramado de lenguaje y finalmente la inscripción en un sistema teórico reflexivo.

Luego, cuando no hay acontecimiento o experiencia se impone la mirada cenital, que es la abstracción panóptica del espacio público.

Quien padece el espacio público, padece las consecuencias de la planificación del poder pero finalmente padece en la calle o sea en su íntima y cotidiana relación de cuerpo y entorno, y no padece ni la globalidad ni la generalidad abstracta que le ha provocado. Sus huellas, marcas o indicios, si es que las hay se manifiestan subrepticiamente en la intimidad del rincón en una mirada o de quién como cuerpo insignificante padece un trayecto, una biografía confusamente golpeada en múltiples capas de su existencia. Y si hablamos de zonas de malestar, nos referimos ahora a lo que queda inadvertido y latente del cruce de múltiples biografías "insignificantes" que se conjugaron en un espacio de múltiples tiempos y trayectos en la ciudad.