>['Kafkage] para mall<

Este proyecto, realizado por Rainer Krause junto a Mauricio Barría y presentado en el Centro de Creación Artística e Investigación Interdisciplinaria (CCAII) el 7 de octubre del 2014 junto a “Emovere”, se basa en la dimensión del sonido para crear una obra que prescinde de lo visual. Viniendo el primero del área de las artes visuales y el segundo del teatro, llegan al arte sonoro desde distintas perspectivas.

El punto de entrada en la obra es el título, que da con las pistas principales del trabajo: Kakfa (del cual se utiliza su cuento “El artista del hambre” en forma de narración lineal), John Cage (del cual se toma la idea de la organización aleatoria del material sonoro) y mall (el cual se propone como entorno de recepción de la obra). La pieza sonora, en una primera etapa, se trabajó grabando en dos instancias separadas: la primera es la grabación de las voces de seis hombres y seis mujeres de distintas edades pronunciando parte de los nombres de una serie de tiendas de un mall capitalino, desde el susurro hasta el grito fuerte, seleccionando al azar los nombres que le tocará pronunciar a cada persona; la segunda es la grabación con actores profesionales del cuento “El artista del hambre” de Franz Kakfa. A ambas grabaciones se les asigna una dimensión espacial, que se realiza en la grabación binaural.

La técnica binaural se lleva a cabo gracias a micrófonos especiales que graban de forma estereofónica los sonidos de la voz. Lo singular de estas grabaciones es que, a través de audífonos, el sonido transmite información espacial bastante detallada, pudiendo detectar cuándo un sonido viene desde cierta dirección específica. Este método de grabación, desarrollado durante la década de los 80, es ahora utilizado como soporte de la obra a través del uso de audífonos, el cual se ha vuelto hoy cotidiano, otorgándola una nueva dimensión a la obra sonora, una dimensión espacial.

Aunque esta etapa de la obra no se había podido realizar aún al momento de la presentación, debido a lo difícil de comprar un micrófono binaural, esta se tenía prevista para los meses siguientes. En ella, se buscará un espacio con una acústica similar a la de un mall, en el cual se grabarán las voces desde distintas direcciones, haciendo que los nombres de tiendas sean escuchados desde diversos lugares. Finalmente, ambas grabaciones se superpondrán dando como resultado 25 minutos de composición en formato mp3 para poder ser escuchado desde cualquier aparato portátil. La idea es que el audio sea escuchado dentro de un mall, el cual se re articula desde el sonido al entrar en contacto con la obra, mezclándose con el ruido ambiente, hasta el punto que el oyente no pueda distinguir si el sonido viene del audífono o no. Así, la idea no es tapar el entorno sonoro del centro comercial, sino que intervenirlo.

Al momento de abrir la discusión, el académico Gonzalo Arqueros, al referirse a la obra de Krause, hace hincapié en el nombre, ya que la obra pareciera leerse en él, anticipando posibilidades y desarrollos discursivos posteriores, siempre con el riesgo de que anticipe demasiado y vuelva a la obra sirviente del nombre que se le asigna.

Se pregunta, posteriormente, por el CD como formato de archivo, ya que se propone que la obra esté grabada en CDs junto a textos que reflexionen la intervención. Desde la teoría, se abarca el trabajo desde el ámbito de las artes visuales, para una obra que no tiene visualidad propia. Esto da cuenta de que la obra cambia con la plataforma de presentación, lo que nos permite preguntar si toda la gente la escuchará en el ambiente indicado, a lo que el artista sugiere que la forma de difundirla debe ser insistiendo en la relación que tiene con el espacio designado.

Así, ambos proyectos presentados durante esta sesión, tienen una fuerte dimensión experiencial, tanto desde el azar de un lado como desde el control del otro, creando un horizonte de experimentación permanente que se traduce en formas artísticas.

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